En los años setenta Whittingham creó la primera batería de litio funcional. El cátodo era de disulfuro de titanio y el ánodo de litio metálico. Pero el litio metálico la hacía ser explosiva e insegura.
En los ochenta Goodenough utilizó monóxido de cobalto en lugar de la sal de azufre. Esto duplicó el voltaje pero aún existía el problema del ánodo de litio.
Yoshino remplazó el ánodo de litio por coke de petróleo. Un subproducto de la industria del crudo. Así nacieron las actuales baterías de litio en 1991
Muchos de los dispositivos electrónicos actuales utilizan este tipo de baterías. También se emplean en vehículos eléctricos respetuosos con el medio ambiente.
Se siguen haciendo mejoras para este tipo de baterías.
Fuente: https://www.compoundchem.com/wp-content/uploads/2019/10/The-2019-Nobel-Prize-in-Chemistry.pdf
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